lunes, 2 de diciembre de 2013

Hell Bell

Luego de que la cuarta generación de Pokémon lo decepcionara muchísimo, mi hermano me regaló todas sus cosas de Pokémon, molesto. Recibí cientos de cartas para añadir a mi colección, el Blastoise de peluche que ganó en King’s Island hace nueve años y el juego de Pokémon Diamante que le hizo perder completamente su amor por el juego y todo lo asociado a ello. Ese capítulo de su vida se cerró tristemente mientras que la mía obtuvo algo para continuar.
Admitiré que los juegos para la DS me decepcionaron también, había algo en ellos que hizo que la magia de los juegos se desvaneciera un poco. Como una persona que creció con los originales, la cuarta generación simplemente no era “mi” Pokémon. Aun así, no iba a darle la espalda a algo que me acompañó durante mi niñez simplemente porque el juego me decepcionó un poco.
De hecho, quería Diamante. Dialga era muchas veces mejor que Palkia, y de verdad disfruté el hecho de que finalmente iba a capturarlo en lugar de hackear para obtenerlo o cambiarlo.
Antes de que continúe, debo decirles que esto no involucra a Dialga en lo absoluto. Simplemente me gusta y originalmente quería la versión Diamante, pero me tuve que quedar con Perla porque mi hermano lo pidió primero.
Esto comienza con un pokémon legendario, aunque tengo la certeza de que si hubiese usado cualquier otro el resultado habría sido el mismo. Comencé con su partida guardada, sólo para ver todo lo que tenía. La información decía que tenía a todos los Pokémon en su Dex, incluso los que aún no salían a través de eventos wireless, lo que me recordó que él adoraba usar códigos Action Replay para mejorar su experiencia al jugar; fue probablemente lo único que lo hizo quedarse con el juego por todo ese tiempo… pero incluso usar cheats llega a aburrir con el tiempo.
Luego de iniciar su juego, vi su equipo: tenía seis Rayquazas shiny de nivel 100. Como todos los pokémon que tenía, los capturó usando el tardado código “encuentra a cualquier pokémon”, donde tenías que tirar Heart Scales para indicar qué pokémon querías capturar a nivel 100. Si bien los Pokémon encontrados con este código eran igual de débiles que uno al que se le haya dado un gran número de Rare Candies, aún recuerdo cómo perdía frecuentemente contra estos.
Yo usé este código cuando jugué Perla por primera vez, e intercambié los pokémon a través de internet para incrementar mis posibilidades de ganar la lotería del juego. Si bien él no necesitaba ningún pokémon para completar su Pokédex, intercambiar siempre era una experiencia divertida sólo para ver de dónde venían.
Así que fui al Global Trading Center de Jubilife City para ver qué podían darme por uno de los Rayquazas. Sabía que los podía cambiar por cualquier cosa, pero en secreto guardaba rencor contra esos seis por masacrarme tantas veces.
Ya en la red de intercambio, ofrecí uno por un Bronzong que elegí al azar de la primera lista. Elegí que el nivel fuera 100, para que el trato fuese más o menos justo. Luego de eso, apagué la consola por un rato.
Volví después de unas horas para ver si alguien me aceptó el intercambio. Me emocioné de inmediato cuando comenzó la secuencia de intercambio. Sé que era un simple Bronzong, pero aun así, me gustaba mucho el proceso. Podrían haberme mandado un Magikarp y me habría excitado por eso.
Recibí un Bronzong shiny llamado “Hell Bell”. Me sorprendí de que me dieran un shiny a cambio, nunca recibí un shiny al intercambiar en Pearl… pero el nombre me molestaba un poco. Siendo una persona ligeramente religiosa, no me siento cómoda hablando de algo relacionado con el Infierno o algo por el estilo… incluso el escribir esto me hace sentir como si pudiese provocar un evento similar de nuevo. Sólo espero que esto funcione como una experiencia de enseñanza para ustedes y no como algo más para mí.
Luego de salir, revisé sus stats; todo estaba en 666, su viejo entrenador era llamado “Beelze” (algo que, de nuevo, tocó una fibra sensible en mí) y fue capturado en la Lost Tower, pero estaba dentro de una Cherish Ball.
Claramente era hackeado, pero fue lo que obtuve por ofrecer un hack.
Los stats y la información del pokémon me asustaron un poco, pero supuse que no me daría problema. Igual, si no me gustaba, siempre podía ofrecerlo a cambio de algo nuevo… era aquí donde aceptaría a un Magikarp gustoso. Pero cada vez que intentaba ponerlo en el GTS, el juego me notificaba que “ese pokémon no podía ser ofrecido para intercambio”.
Esto me pasó varias veces antes cuando intentaba cambiar legendarios hackeados. Aun así, quería deshacerme de él, por lo que la única otra opción era liberarlo. Antes de ir a la PC, revisé el ítem que tenía adherido. El dueño le había dado un correo, que siempre eran divertidos; aunque las elecciones de lo que puedes decir son extremadamente limitadas y las cartas siempre son cursis.
Elegí a Hell Bell y revisé el correo, y no parecía haber sido elaborado de forma normal; de hecho, parecía como si lo hubiesen hecho letra por letra como se hacía en Gold y Silver. El mensaje sólo tenía tres palabras:
“Llévame de regreso”.
No estaba segura de lo que significaba. Ciertamente no podía ofrecerlo para intercambio, y aunque pudiera, no había forma de asegurarme de que Hell Bell regresaría con Beelze, así que borré el mensaje y fui a la PC para liberarlo.
Elegí la opción de “depositar pokémon” y seleccioné a Hell Bell para liberarlo, pero cada vez que el sprite se encogía, de inmediato volvía con un mensaje, diciendo algo así como “¡Hell Bell no quiere abandonarte!”.
De nuevo, esto me ocurrió antes cuando estaba limpiando una caja de la PC y decidí liberar un Shinx que había capturado al inicio del juego. Pensé que era algo tierno y convertí al Shinx (ahora un Luxray) en un miembro permanente de mi equipo… pero esto era simplemente molesto.
Cuando revisé a Hell Bell de nuevo, tenía otro correo, cosa que no tenía sentido pues se lo quité la primera vez. Lo abrí y leí un mensaje, algo más largo:
“No puedo ir por mi cuenta. Llévame de regreso”.
De nuevo, le quité el ítem y traté de liberarlo, sin éxito. Cuando quise depositarlo, el juego me decía que removiera el correo del pokémon primero… Tras revisarlo de nuevo, Hell Bell tenía otro correo en su posesión.
“Lost Tower”.
Finalmente se estaba volviendo más específico, algo que se me hizo relajarme; al fin sabía a dónde quería ir. Tal vez abandonaría mi equipo si lo llevaba ahí. Me atraía la idea de saber por qué este pokémon estaba haciendo que mi juego actuase tan raro. Definitivamente estaba hackeado, y sé que un hack decente no afecta el juego, pero que uno malo puede hacerlo colapsar.
Ansioso por deshacerme de él, dejé el edificio del GTS. Estaba muy impaciente como para tomar a un pokémon volador del PC, así que sólo le enseñé a uno de los Rayquazas el movimiento “Fly” y elegí usarlo. Pero cuando elegí Solaceon Town en el mapa, el juego me informó que no podía volar ahí. Sabía que mi hermano había visitado la ciudad antes, y no sabía por qué no podía ir, pero no me tomé el tiempo para pensar en ello y volé hacia Hearthome.
De ahí viajé por la ruta 209 hasta Lost Tower y esperanzado con poder deshacerme de este extraño pokémon. De inmediato me di cuenta de la falta de gente en la ruta. De hecho, no recuerdo contra quiénes podía enfrentarme ahí, pero sé que al menos había unos cuantos NPCs… el área estaba completamente sola.
Bueno, no completamente. Sí había una persona moviéndose de atrás hacia adelante: el sprite de un anciano de cabello blanco.
Intrigado, le hablé, y fue ahí donde las cosas comenzaron a ponerse algo raras para mí. No decía algo que tuviese sentido, simplemente repetía la misma cosa una y otra vez por un tiempo molestamente largo, así como cuando hablas con cierto ciclista en Ruby, Sapphire y Emerald.
“SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA”
Esto no significaba nada para mí, por lo que no me molesté en hablarle de nuevo. Sólo seguí moviéndome hacia la torre.
Una vez dentro intenté subir las escaleras, pero algo me lo impedía. Pensé que todos los pokémon hackeados al fin habían logrado joder mi juego, pero ése no fue el caso. Luego de un momento de silencio, el sonido de una gruesa campana de bronce comenzó a reproducirse lentamente (si tienes curiosidad de como se oye, inicia tu Heart Gold/Soul Silver; ésa campana es el sonido). Luego de cuatro tañidos, la tumba en el centro de la habitación se quebró y se destrozó como si hubiesen usado Rock Smash en ella. Bajo la tumba estaba un agujero, y ya que no podía ir por las escaleras hacia arriba, caminé hacia él y caí.
Al aterrizar me encontraba en una plataforma similar a la que está en la Sala del Origen, donde encuentras a Arceus (no hagan como si no supiesen de qué hablo, todos hemos hackeado ese evento), sólo que era más oscura. Mientras que la plataforma transparente era blanca y brillaba en el caso de Arceus, ésta era más de un color rojo oscuro. Se veía maligna, totalmente diferente a la vibra “sagrada” que recibes de la Sala del Origen. Viniendo desde la plataforma había un tramo de escaleras anchas que parecían más bien hechas de mármol negro en lugar de blanco.
No podía volar, usar excavadores y no traía Escape Ropes, así que tomé las escaleras y la campana (que ahora asumo que era Hell Bell, pues Bronzong es, en efecto, algún tipo de campana) continuaba sonando lentamente.
Me sentía muy mal, pero continúe subiendo las escaleras. A medida que subía se empezó a ver como con niebla y más oscuro. Cuando alcancé el fondo, me encontré con un camino estrecho rodeado por largas fosas de lava a los lados, como la cueva donde encuentras a Groudon en la tercera generación.
El camino continuó en línea recta por cuarenta pasos antes de ir a la derecha por otros cuarenta y finalmente ir hacia arriba. El camino final era largo; aún había lava burbujeante a los lados, y con cada paso que daba, la campana comenzaba a sonar más rápido.
Finalmente terminé el camino, llegando a una plataforma pequeña, y la campana dejó de sonar. Me pregunté qué sucedería ahí, pues no había nada más que hacer, ninguna forma de liberar a Hell Bell o de salir. Recibí mi respuesta en la forma de una voz sin cuerpo. Una caja de diálogo apareció, y decía:
“Oh, ¿me has regresado a Hell Bell? De verdad lo aprecio”.
Entonces surgió frente a mí el sprite de un Caballero, y el sprite de Hell Bell salió, parándose en el espacio entre nosotros, viéndolo. El juego me informó que le había dado a Hell Bell.
Luego, algo salió en la pantalla táctil, como la parte de la Trainer Card en donde puedes poner tu firma.
“¿Te importaría decirme tu nombre para que pueda agradecerte más apropiadamente?”.
Ahora, eso me confundió… bueno, todo lo que estaba pasando me confundía, pero eso de verdad me sacó de onda. El juego debería saber el nombre programado desde un inicio para el personaje. De hecho, no podría reconocer escritura a mano. Pero escribí el nombre del personaje de mi hermano, que era “Dust”. Acababa de hacer la d>/em> cuando la voz me detuvo:
“No, no. Tu nombre real, por favor. No puedo agradecerte con un nombre falso, tú sabes”.
Mi corazón se detuvo por un segundo y se hundió en mi estómago antes de volver violentamente a mi pecho. ¿Cómo demonios sabía el juego que no estaba firmando mi nombre real?
“Tu nombre real, por favor”.
De nuevo, comencé a escribir. Nombre y apellido en el espacio que me dieron. Cuando finalicé, la pantalla desapareció y el hombre habló de nuevo:
“Gracias señorita. Estará feliz de saber que ahora me pertenece”.
La campana sonó dos veces más mientras mi sprite, en el momento masculino, se volteó y cambió a un sprite femenino… de cabello castaño, vestido totalmente de negro, justo como estaba yo en ese momento.
Hell Bell se movió hacia delante poniéndose sobre mi sprite y una caja de diálogo apareció:
“Hell Bell usó APRISIONAMIENTO”.
Luego de eso… la batería de mi DS murió. Estaba sumamente confundida. Lo admito, al principio simplemente me parecía un evento retorcido, causa de un secreto del juego desbloqueado por un pokémon, pero ahora…
No duermo, la comida parece hacerse ceniza en mi boca, el agua no apaga mi sed y la gente y los animales actúan como si la sombra de la muerte pasara sobre ellos cuando estoy cerca… Ya no soy yo. Le pertenezco a ese hombre… y a Hell Bell.
No sé qué pasó con ese pokémon, pero si lo recibí, seguramente alguien más lo hará… Tengan cuidado al usar el sistema de intercambio, por favor. Y si reciben a Hell Bell, no duden en resetear. Tu pokémon de evento no cuesta lo mismo que tu alma…

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